El agua a presión, sola o con la adición de arena abrasiva de diferentes granulometrías, permite cortar un amplio abanico de materiales (acero, acero inoxidable, aluminio, cobre, bronce, latón, titanio, PVC, polietileno, nylon, kevlar, fibra de vidrio, fibra de carbono, goma, DM, granito, mármol, pizarra, gres, etc.) y espesores (hasta 100 mm en algunos casos).
Donde el láser encuentra dificultades, bien por el tipo de material, bien por el espesor del mismo, el chorro de agua supone una alternativa eficaz. Con tolerancias similares a las del corte por láser, facilita el corte de geometrías complejas en casi cualquier material, con la ventaja añadida de que, al tratarse de un proceso de corte en frío, no altera la estructura metalográfica del material en el canto de corte.
Esta característica es especialmente relevante en aceros sometidos a tratamientos térmicos, ya que las propiedades físicas del material no se ven alteradas en el proceso de corte. Se obtiene de este modo un corte limpio y libre de rebaba. En nuestras instalaciones disponemos de una máquina con un área de corte de 3.400x2.000 mm.